Havemos ir a Viana

Como dice la canción de Amalia Rodrigues: "Se o meu sangue não me engana como engana a fantasia havemos de ir a Viana..." Y sí, fuimos a Viana do Castelo todo un fin de semana. Nos lo hemos pasado en grande: nos perdimos aposta entre las callejuelas del casco histórico, entre las fachadas armoriadas y los azulejos blanquiazules, subimos casi 2000 escaleras en una hora, comimos la coagulanda y me puse hasta arriba de la borana de maíz...

Pero, sobre todo, he cumplido un sueño: he visto trabajos del VGIK ( Russian State Institute of Cinematography). La escuela más antigua de cine del mundo - nació en 1919, dos años después de la Revolución Rusa- y que acogió a maestros como S.Eisenstein o Pudovkin que nos dejaron grandes obras maestras del cine como "El acorazado Potenkin" con aquel gran plano secuencia en la escalinata de Odessa. Quizá de los cortos que he visto de esta escuela el que más me llegó fue "Meat". Aquí os dejo la sipnosis: "El amor es un lujo. Este mundo es mayoritariamente extraído de libros sentimentales. La vida real es más simple y terrible, embiste en los destinos de las personas como pedazos de carne en el picadero" También vimos trabajos de la Koream Academy of Film Arts y de la Universidade Lusófona.

Fue un gran fin de semana porque combinamos mis dos grandes pasiones: viajar y la producción audiovisual...

Ps. Me acordé de otro viaje por tierras portuguesas: del puente pegado con celo en Oporto, del gorro de Bacardi que levantaba tantas pasiones entre los portugueses, las vistas desde el mirador de a Graça en Lisboa, looking for Vila Giralda en Estoril o el lujazo de Cascais, Guimaraes y su "aquí nasceu Portugal" o Braga y su bolo romano...