viernes, diciembre 15, 2006

Vivir es fabricar recuerdos
Estos días llegó desembarcó en el Principal el galán argentino por excelencia, Héctor Alterio en la piel de Juan Pedro Castell, el pintor que mató a María Iribarne.
Esta es la primera adaptación teatral de uno de los libros más conocidos de su compatriota, Ernesto Sábato, El túnel. ¿qué decir de una obra angustiosa y existencialista y que muestra el espejo de una naturaleza humana bastante pesimista? pero aunque te esperas un drama porque no es sino la confesión de un personaje que optó por asesinar a la única mujer a la que amó y que realmente comprendió su pintura... ante el miedo a perderla, producto de sus celos enfermizos ¡cuántos paralelismos con las noticias que ocupan tantas portadas de informativos! pero, lejos de eso la obra tiene momentos de un humor inteligente que provoca que esboces una sonrisa. En cuanto a la escenografía decir que es mínima: una silla, una especie de sofá y unas mamparas que delimitan el espacio y pocos efectos sonoros.
Pero, lo verdaderamente brillante de la obra es HÉCTOR ALTERIO... un actor con MAYÚSCULAS, que a sus 76 años demuestra sobre el escenario unas tablas como pocos, una técnica, una vocalización que ya la querrían para sí esos que se consideran grandes.

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