¡¡¡MEMORABLES!!!

Ayer fue para mi una de las noches más ansiadas desde hace 3 años... necesitaba reencontrarme con los "Fuegos del Apóstol" ¡Cuánto eché de menos el Obradoiro estos dos últimos años un día como el de ayer! Por eso, estaba decidida a coger sitio en la plaza aunque para ello significara hacer una sentada durante 3 horas (la compañía fue muy grata que conste en acta).
...Y el espectáculo de luz y sonido no me defraudó: como en las obras de teatro, se apagaron las luces, silencio absoluto y, en vez de levantarse el telón, se proyectó en la fachada gótica un haz de luz blanca. Ovación cerrada de 20.000 palmas aplaudiendo al unísono...

Esa media hora fue inolvidable, me dejó casi sin palabras y me tuve que contener la emoción en varios momentos. Empezó la proyección con imágenes de símbolos celtas- el origen de nuestro pueblo- acompañadas de música antigua que dieron paso al arte de las antiguas civilizaciones -con un papel destacado a los faraones egipcios-. Cambio de ritmo. El retumbe de tambores se hace dueño del Obradoiro, presentando una sucesión de las grandes obras de arte de la historia. ¿Me pregunto quien hizo la selección? porque es exactamente lo que yo escogería: nuestro querido David, las Tres Gracias -ya sabeis que siempre que puedo me acerco al Prado a verlas -¿será que me siento muy identificada con ellas?-, el Guernika y por supuesto las obras de mi Andy Warhol.

La banda sonora, esta vez, la pone música con reminiscencias arabes y quema de la fachada gótica. El cielo se llena de una lluvia de luz y color. De nuevo, perfectamente sincronizado entra a primer plano una música con aires de tango. Siempre al final de cada gran momento una paloma blanca se proyectaba en la fachada de nuestra cathedral... Desde luego, lo de ayer fue un canto a la paz en estos mundos que corren. Una métafora visual que pude compartir, en vivo y en directo, con mi gente. ¡Como necesitaba volver a verlos!